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Las cocinas de las casas rurales

Corazón del hogar, la cocina de una casa de campo ofrece todo su encanto nostálgico. Los accesorios tradicionales y los detalles hogareños constituyen una parte esencial de su acogedor aspecto.

La cocina tradicional reproduce la sensación de refugio propia de las casas rurales
y auna la comodidad con elementos que evocan el gusto por el pasado.
Objetos antiguos y complementos rústicos, como jarras de cerámica y tarros de
de conservas, consolidan el estilo.



La primera impresión que produce una cocina de estilo rural es el de una estancia cálida, confortable y relajante; es la antítesis de muchos estilos modernos. Su decoración está inspirada en la acogedora atmósfera de las cocina tradicionales de las casas de campo, en las que muebles y complementos, sencillos y prácticos, resisten el paso del tiempo. Todo lleva la marca del noble envejecimiento, causado por un desgaste natural.
Las características de este estilo pueden reproducirse en cualquier cocina, tanto si la vivienda es de época como si es moderna. Por otra parte, no hay que prescindir de las comodidades modernas que proporcionan los electrodomésticos. En realidad, es sorprendente lo fácil que resulta equilibrar las necesidades actuales con una cierta dosis de encanto añejo.





Las cocinas rusticas suelen estar equipadas con un amplio aparador y una mesa y sillas resistentes. Con las paredes revestidas de madera, las carpinterias de madera decapada y un pavimento de baldosas de piedra envejecida, esta cocina rural refleja un popular tema rustico.






La cocina tradicional no solo es un elemento básico en la decoración de una cocina de estilo rustico, sino que además es practica, porque calienta y permite la elaboración de recetas tradicionales.




En la cocina de esta casa rural la madera de pino envejecida y las superficies de trabajo de madera maciza de teca forman un llamativo contraste con las paredes blancas y el tradicional fregadero de doble seno.






En una cocina de estilo rural uno puede exteriorizar su pasión por las colecciones de objetos rústicos, que en muchos casos también tienen una utilidad practica. Las cajas de metal, los tarros y la loza antigua poseen el encanto de las cosas de artesanía de antes. Trapos de lino, estantes con molduras decorativas, fundas de cojines patchwork y tapetes de ganchillo crean una atmósfera muy hogareña.
Las tablas para picar de madera, los recipientes de colores terrosos, la cerámica tradicional rustica y la cestería realzan este estilo rustico, cálido y natural. Los utensilios de cocina deben estar a mano y a la vista: las ollas y cazuelas, colocadas en estanterías; los cubiertos para cocinar, las manoplas y demás utensilios pequeños, colgados de una barra con ganchos de carnicero o dentro de unas jarras de cerámica.

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